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Fotograma de la película "Lo Imposible" (The Impossible, 2012, Mediaset España) |
¿Podría indicar el momento en que ocurrió el devastador tsunami del 2004 que Dios está advirtiendo al mundo de juicios venideros?
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Países afectados por el tsunami |
En unos meses se cumplirán diez años de aquel hecho devastador que conmocionó al mundo. En la mañana del Domingo 26 de Diciembre del 2004, un terremoto de magnitud 9 en la escala Richter se produjo en el Océano Índico a unos 100 kilómetros de la costa de Sumatra, desatando un enorme maremoto que devastó las costas de todos los países en los alrededores. Parece que Sri Lanka e Indonesia sufrieron el mayor daño, pero países tan distantes como Kenia y Somalia fueron también afectados. El número estimado de muertos ronda los 238.000. Según los registros especializados y organismos gubernamentales, ocurrieron sólo cuatro terremotos de magnitud 9 Richter o más se produjeron en el siglo XX, por lo que este terremoto es uno de los mayores registrados en tiempos recientes. Se le conoce como el más costoso en magnitudes económicas. Los vídeos de las olas entrando en playas de lujo, de pueblos borrados del mapa y de niños arrancados de los brazos de los padres por el mar rompieron nuestros corazones y dejaron imágenes indelebles en nuestra memoria colectiva de lo destructivo que pueden ser las fuerzas de la naturaleza.
Los medios de comunicación de todo el mundo informaron que el evento fue un hecho casual de la naturaleza, algo que no tiene un "significado", sino que no es más que parte de la vida. Los informativos fueron políticamente correctos y nunca insinuaron que la mano de Dios podría haber estado detrás de todo esto. De hecho a Dios rara vez se le menciona en absoluto, pero sobre todo en una tragedia que se cobró la vida de tantos niños inocentes. ¿Tenía Dios en realidad algo que ver? ¿También fue Él sorprendido por el desastre? ¿Acaso a Él le pilla algo por sorpresa? ¿Pudo Él realmente haber causado la catástrofe?
El Señor nos ha advertido que predicará sus propios sermones para llamar al mundo al arrepentimiento, utilizando explícitamente los terremotos y la "voz de las olas del mar que se precipitan allende sus límites" (Isaías 29:6, DyC 88:89-90). ¿Fue este tsunami la voz de Dios que hablaba en las olas del mar? ¿Podríamos saber que es de Dios si no se nos dice explícitamente a través de un profeta? ¿Cómo se supone que los ateos reconocerían la mano de Dios en los desastres naturales? ¿Por qué no asumirían exactamente lo mismo que los medios de comunicación, que fue causado simplemente por unas fuerzas naturales caprichosas y sin ningún significado racional?
Esta serie de posts se centra en una sola de estas preguntas. ¿Cómo se supone que los ateos podrían reconocer la mano de Dios en la naturaleza? ¿Cómo han de saber que la "Madre Naturaleza" es realmente nuestro Padre Celestial, o su hijo Jesucristo? Para mí, la respuesta es a través de las probabilidades estadísticas.
1. Evidencia Estadística de Dios
Cuando se encuentra un patrón ordenado en la naturaleza, por lo general hay tres posibles explicaciones. En primer lugar, el patrón podría ser debido a la acción de una ley natural. En segundo lugar, el patrón podría ser debido a un ser inteligente que la crea. En tercer lugar, el patrón podría ser simplemente debido al azar.
Por ejemplo, se puede demostrar estadísticamente que ocurren más terremotos durante la luna nueva o la luna llena. La ley de la gravedad demuestra que las tensiones de las mareas en la tierra son mayores en esos momentos, de hecho causando que la corteza de la tierra se flexione bastantes centímetros. No es difícil de entender que tal flexión y la tensión puedan originar terremotos a lo largo de las fallas continentales. De hecho, este tsunami del 2004 se produjo durante la luna llena.
Muchos patrones son causados por seres inteligentes como los animales o el hombre. Pero cuando se descartan esas dos causas como posibilidades, los científicos rara vez piensan en Dios como una posible explicación. Siglos atrás, antes de que la ciencia se convirtiera en sofisticada por el uso del método científico, probablemente había demasiada tendencia a atribuírselo todo a Dios, y por tanto ni siquiera se trataba de deducir por nosotros mismos cómo sus leyes podrían funcionar. Por ejemplo, uno podría simplemente asumir que los ángeles empujaban los planetas en sus órbitas alrededor del sol, lo que pondría fin a la discusión y no daría lugar a ningún experimento. En la actualidad el péndulo ha oscilado hacia el otro extremo. Hemos tenido tanto éxito en explicar la mayoría de los eventos de la naturaleza con las leyes naturales que tácitamente se ha prohibido incluso sugerir que Dios haya podido intervenir en la creación de un patrón. Así que la tercera opción ha sido la única alternativa para la mayoría de los casos, que el patrón fue causado por el azar.
El problema de atribuir al azar a todos los patrones que no parecen ser causados por leyes naturales es que muchas veces las probabilidades son tan extremadamente escasas que es ridículo. Es mucho más fácil creer en Dios que pensar que algo ocurrió al azar cuando las probabilidades son de millones contra uno.
Por ejemplo, supongamos que encuentra una barra de pan en la puerta de su casa cada mañana. Seguramente llegaría a la conclusión de que alguna persona es la responsable de este patrón de eventos. Supongamos ahora que sucede mientras usted vive solo en el desierto, sin vecinos en kilómetros a la redonda, sin huellas en la arena cerca del pan. ¿Qué pensaría usted?
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El Maná seguía un patrón que demostraba su procedencia divina |
Cuando los hijos de Israel salieron de Egipto después de haber crecido durante años en el paganismo, ¿cómo se suponía que debían creer en el Dios verdadero? La generación más vieja no lo hizo, pero el Señor proporcionó un método interesante para la generación más joven. Él hizo que una sustancia parecida al pan se condensara como rocío casi todas las mañanas en el suelo para alimentarlos. Pero un momento, esto pudo haber sido causado al azar por alguna fuerza de la naturaleza como las que causan el rocío habitual. ¿Cómo podrían estar seguros de que era Dios quién los estaba alimentando? Ahí es donde entra en escena la estadística del patrón.
El maná aparecía sólo en seis mañanas de cada semana, y no lo hacía en el día de reposo. Se podía recoger una doble porción el día antes del día de reposo sin que criara gusanos como pasaba durante cualquier otro día. ¿Cuáles son las probabilidades de que cayera el maná y se comportara de acuerdo con ese patrón? ¡Las probabilidades son infinitesimales de que ocurriera al azar incluso durante unas cuantas semanas, y mucho menos durante cuarenta años seguidos! En consecuencia, los ateos en la actualidad simplemente descartan el registro bíblico diciendo que es una invención. Pero ¿y si lo hubiese usted vivido en ese momento y fuera testigo de ello? ¿Habría creído? Para mí esto es un claro ejemplo de que Dios espera ser reconocido a través de evidencias estadísticas.
En los siguientes posts se proporcionarán evidencias preliminares de que la ocurrencia de algunos grandes desastres naturales que matan a miles parecen ocurrir más a menudo de lo que el azar podría predecir en ciertos días de calendarios sagrados y que por lo tanto no tienen relación conocida con ninguna fuerza natural física. Por lo tanto, se propone que esto es una evidencia estadística de que la mano de Dios sí está implicada en desastres naturales.
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